
La educación intercultural o para la interculturalidad no consiste en pensar programas especiales y/o materias étnicas sino contrariamente en su asunción como herramienta estratégica y pedagógica para el reconocimiento y construcción de otras condiciones ontológicas, cognitivas, subjetivas, civilizatorias y vivenciales (distintas, plurales, complementarias y de interrelación) o de configurar las bases para pensar con los conocimientos, historias, memorias, lógicas, actualidades de otros grupos sociales, donde el principio y el movimiento de ´justicia social´ y el ´diálogo de saberes´ importan en tanto ponen en tensión el predominio de la monocultura del saber y sus prácticas de desigualdad, discriminación y exclusión epistémico-social o de formas de conocer de otro modo.
Con estas consideraciones y premisas de partida, frente a una agenda de investigación que discuta la relación educación e interculturalidad, la caficultura y sus manifestaciones tecnológicas y socio/culturales, los proyectos pedagógicos productivos, la formación superior para la sostenibilidad ambiental y productiva, la pluralidad económica y de sustento, la innovación social para el desarrollo de la caficultura caucana; se asumen algunas estrategias para la animación y movilización de la investigación, entendiendo para estos efectos que una línea constituye un espacio conceptual y/o una matriz problémica particular sobre la cual se articulan personas, proyectos, problemas, metodologías y actividades de investigación que organizados en sublíneas o segmentos del objeto de estudio (definidas por afinidades temáticas o propósitivas) hacen posible la producción académica e intelectual expresada en una multiplicidad de productos técnicos, tecnológicos, bibliográficos, formativos, etc. Las sublíneas para la animación y movilización de la investigación en la educación intercultural, tiene que ver entre otras cosas con asuntos como los que a continuación se describen.